Es descarada y muy desvergonzada. A veces, incluso demasiado. Hablamos de uno de los personajes televisivos más conocidos de los años 70, uno de los que más ha calado en nuestra infancia y para muchos, su amor platónico en la niñez.
La pequeña Pippi Langstrump es una chica con gran imaginación, rebelde, traviesa y, ante todo, alegre. Tiene nueve años, pecas, dos largas trenzas pelirrojas, unas medias por encima de las rodillas cada una de un color distinto y un vestido ocre y verde cosido a retazos. Vamos, ella no pasa desapercibida.